Memoria Conceptual:

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La literatura erótica nos produce sentimientos únicos. Es una excitación privada que es accesible con el simple hecho de abrir un libro. Las historias hacen que los sentidos trabajen; las descripciones de las relaciones, las posiciones y las metáforas que hacen del sexo el motor del libro nos convierten en cómplices, voyeristas y participantes activos.

La sensualidad, la exuberancia del goce y el placer sexual sólo pueden descubrirse arrojándose a la exploración. Al desgranar palabra por palabra, los relatos de escritores que sin tapujos arrojaron luz a una sensualidad reprimida o inexplorada. Ellos nos aconsejan, en esos orgiásticos relatos, y no nos queda más que asumirnos como aprendices de una pedagogía erótica que nos dispone a recibir lecciones sobre el placer.

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Aprender que el erotismo va más allá de la actividad sexual como reproducción, nos lleva al campo de la sensualidad en el que el placer es un fin en sí mismo. La literatura erótica es un referente pedagógico en la cual imaginación y deseo, son vías para explorar nuestra sensualidad: infinidad de formas de goce, espacios por recorrer, fluidos que intercambiar, pupilas que dilatar.